Messi los cacheteó

El local salió a jugar a cara de perro, pero Lionel lo puso en su lugar con la asistencia del 1-0.

¿Cómo se le gana a este Barcelona? Esa es la gran pregunta que todos se hacen y, hasta ahora, nadie puede responder...

El Málaga ayer intentó resolver el dilema. Su entrenador López Muñiz eligió el camino de la fricción, de la presión, de los dientes apretados. Puso un 4-4-1-1 que, potenciado por el apoyo de La Rosaleda, sirvió como esquema para incomodar al Barcelona en los primeros minutos. Sin Ibrahimovic, que arrancó en el banco por no estar al 100%, a los de Guardiola les costaba escapar de la presión malagueña. Y, para colmo, Delgado Ferreiro dejó pegar una que otra patadita de más (cuando, a los 16' Baha vio la amarilla por foul a Messi, Leo ya había recibido dos o tres bastante duras).

En ese plan de juego friccionado, al Barsa se le lastimó Henry (dolencia muscular) y Pep debió mandar adentro al tocado Ibra. El sueco se metió rápido en el partido: primero le hicieron un penal que el juez ignoró y, después, se perdió un mano a mano frente al uruguayo Munúa... Hasta que... Sí, hasta que apareció Messi. En respuesta al juego duro del rival, Lionel contestó con "violencia futbolística". Es que a los 38', recibió en posición de enlace y moviéndose en paralelo a la defensa rival, controló la bola y rápidamente sacó la asistencia con la cara externa del botín zurdo. La bola les pasó por encima a los defensores y encontró a Zlatan de cara al gol. Pase gol de cachetada, 1 a 0 y bofetada para el Málaga.

Es que estaba claro que el plan de los locales para conseguir algún punto contemplaba como condición el cero en su arco... Quizá por eso, por esa evidencia de la incapacidad del Málaga de lastimar, el Barsa lo terminó jugando al tranquito. El 2-0 confirmó que era la noche de los goles desde el banco: Piqué, que había entrado a los 10' del segundo tiempo por Chygrynskiy, mandó adentro un centro de Xavi en la primera que tocó. Después, sólo fue cuestión de tener la pelota y que el reloj avanzara.

Leo tuvo un par de acciones más. Un mano a mano tras taco de Xavi que Munúa le atoró bien y, después, una linda jugada con el canterano Pedro que terminó en un centro al área para que Piqué mandara la bola a las nubes. Ya estaba Forestieri (partido discreto) en campo para el Málaga, que a esa altura ya estaba resignado y haciendo la cola en la larga fila de los que siguen sin poder contestarse la pregunta.