Messi volvio a dar una muestra de porque es el mejor jugador del mundo!
La Pulga no se detiene en los comentarios externos y fecha tras fecha engrosa las estadísticas y agiganta los elogios: hizo tres goles en la victoria de Barcelona frente a Málaga por 4 a 1 y llegó a los 216 tantos con la camiseta azulgrana; mirá los goles
Quedó como otra obra de arte para su museo personal. Esa sala sagrada que, con un minicine incluido, el mismo Lionel Messi descubrió un par de semanas atrás para el diario Mundo Deportivo. Hace rato que lo hizo construir en su casa de Castelldefels, en Barcelona, a modo de un gran arcón de los recuerdos mágicos. Allí tiene sus camisetas más representativas, incluidas varias del seleccionado argentino, sus trofeos y pelotas de toda marca y color. Pues bien, ayer agregó otra pieza de colección: la pelota con la que le hizo tres de los cuatro goles a Málaga, justo después de la chicana de Pelé. Para el mundo, Leo ya no tiene nada más que probar. Ni siquiera toma esta actuación como una respuesta. Para el brasileño, al fin, faltarán dos goles menos para llegar a los 1283. No valió la pena cruzarlos ni compararlos. Ni vale. Son mundos aparte.
Las estadísticas quedan desparramadas e impresionan. Una, acaso la más contundente, sale siempre a la superficie: con 24 años, apenas está a 19 goles del récord de César con la camiseta azulgrana, que alcanzó las 235 conquistas entre 1939 y 1940 y 1942 y 1955. El resto de los números podrá tomarse de cualquier manera y el rosarino siempre sorprenderá.
El resultado final fue 4-1. Messi hizo el primero, de cabeza, vía por la que no anotaba en la Liga de España desde el 26 de febrero del año pasado, frente a Mallorca (3-0). El segundo fue del chileno Alexis Sánchez, que aprovechó un rebote en la puerta del área chica. Y la Pulga cerró el show con dos corridas eléctricas, a pura habilidad: en la primera, arrancó poco después de la mitad de la cancha y, en la segunda, tras una mala salida de la defensa, pasó entre tres adversarios. Después del descuento de Málaga sobre el final, el rito de siempre: el saludo a los rivales, entre ellos los compatriotas Martín Demichelis -también intercambiaron las camisetas- y el arquero Wilfredo Caballero, y la pelota bajo el brazo, directo a la vitrina. Messi lo hizo casi todo. Apenas le faltó un tiro libre que rebotó en el travesaño.
La expectativa también se planteó en el mano a mano con Cristiano Ronaldo, que ayer, de penal, marcó dos veces en el triunfo de Real Madrid ante Athletic Bilbao por 4-1. El portugués sigue como goleador de la Liga, con 23 conquistas, una más que Messi. Queda otra curiosidad: la Pulga volvió a destaparse con Barcelona como visitante, ya que hasta ayer había convertido 18 de los 19 goles en el Camp Nou. El último en esa condición justo había sido ante Marcelo Bielsa: 2-2 con Athletic Bilbao, en el estadio de San Mamés.
El entrenador Pep Guardiola ya no sabe cómo elogiarlo: "Su gran fuerza es la regularidad, estar tan arriba, ser tan importante en cada partido. Nunca ha perdido el gol y seguro que éstos le servirán mucho para los próximos partidos". Qué decir, entonces, de las palabras de su ex compañero Samuel Eto'o, actualmente en Anzi, de Rusia. "Si hay un Dios en el fútbol, se llama Lionel Messi", dijo el camerunés.
Nunca se detiene. Tres veces consecutivas con el Balón de Oro en su poder, Messi demuestra que una ciencia exacta como la matemática puede congeniar con la magia.
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